Editorial Revista “Principios”… ¡Todo el trabajo a los Consejos!

Fuente: http://www.revistaprincipios2008.blogspot.com
(16.01.09)

No hay duda que la actual Dirección del P.C. está cumpliendo cabalmente sus objetivos. Ha reubicado al Partido Comunista de Chile como Partido bisagra a los intereses de una Concertación que, aparejada a su descomposición como coalición, enfrenta una crisis económica aún no manifiesta en su real dimensión, de imprevisibles consecuencias. Este posicionamiento político ha sido una operación ejecutada a la perfección y mirándola atentamente no está dentro de los patrones de incapacidad e ineficacia que la ha caracterizado habitualmente, lo que no nos deja margen para dudar de la existencia de la mano mora. Esta decisión es de larga data y viene asentada en una operación política de gran envergadura y de largo plazo que dice relación con la conversión del Partido Comunista de un Partido Revolucionario, vanguardia de los trabajadores, en un fachada sin contenido, destinado en lo esencial, a limar el ímpetu de cambios de las grandes mayorías explotadas. Es decir, un Partido Social Demócrata tal como convirtieron, al Partido Socialista de Chile, al PPD, y a otras fuerzas que alguna vez gravitaron en el quehacer político como agentes catalizadores de las transformaciones.

En este proceso han jugado un papel esencial los grandes agentes de las derrotas que ocupan posiciones claves en la actual Comisión Política y otros agentes que permanecen en las sombras pero que no son menos decisivos en la situación actual.

Si miramos en una línea de tiempo, este proceso se inicia en las profundidades tenebrosas de la dictadura con el desbancamiento forzoso de la Dirección que se definía como la ” voz del Partido” encabezada por Nicasio Farías y Cifré Cid, militantes de base, que lograron detener la sangría homicida de la dictadura y recomponer orgánicamente al Partido y pasar a la ofensiva en la lucha. Este golpe de poder entronizó a un equipo que encabezó Gladys Marín y cuyos resultados perceptibles hasta nuestros días pueden caracterizarse solo como una sucesión de episodios, prácticas y políticas, oscuras cuya síntesis final ha sido siempre el fracaso y la desintegración sistemática de nuestra organización. Esta falsa Dirección Comunista corrupta ha significado el deterioro absoluto de la estructura partidaria; el reemplazo de la Dirección colectiva por una maquinaria de poder que Congreso tras Congreso ha deteriorado irreversiblemente dos normas leninistas esenciales : el Centralismo Democrático y la Unidad de Acción.

Nosotros comunistas, dentro aún del Partido y los casi dos tercios de antiguos militantes que se encuentran alejados de las filas partidarias, tenemos la firme convicción de perseverar y no entregar el Partido de Recabarren y de la Clase Obrera Chilena , a las manos de esta mafia que ha liquidado prácticamente al Partido de la Clase. En todas partes se constituyen los «Consejos» comunistas dispuestos a la recuperación de la organización y hacer prevalecer la auténtica condición de comunistas, recuperar la ” voz del Partido” frente a la maquinaria seudo comunista. Nuestra práctica dentro y fuera de la organización está y estará destinada a preservar el carácter de clase de la estructura. Esto ya está ocurriendo en muchos lugares donde el trabajo del Partido es el trabajo de los Consejos.

La puesta a punto de la actual desviación de derecha, de nuestra organización, ha exigido la marginación de la mayoría de los militantes, a ellos llamamos a organizarse y perseverar en la lucha : ¡todo el trabajo a los Consejos!.

El ímpetu electoralista de la actual Dirección caracteriza las próximas elecciones desde la página Editorial de El Siglo ( 26/12/08) , como la ” coyuntura decisiva”, determinada no por la situación de clase, sino porque la derecha obtendría ” la suma del poder”, es decir se llama al Partido y a la izquierda a jugar un doble papel, por un lado de aglutinante de la votación de la izquierda y por otra ponerla, sin que se note demasiado, al servicio de una organización política, Gobierno incluido, que ha sido y seguirá siendo absolutamente funcional a los intereses del capitalismo nacional y transnacional. Se esgrime en estas mismas páginas, que un triunfo de la derecha iría a contramano de la tendencia al avance de los gobiernos democráticos y populares que se registran en la región, como si no fuera evidente que la política internacional del gobierno actual, implementada por el Canciller DC Foxley no estuviera permanentemente a contramano de los gobiernos progresistas de América Latina.

El tema aquí, como es evidente, no es si se para a la derecha, derecha de la Concertación incluida, sino ¿cómo se hace? Se hace negociando con la Concertación o se hace con el respaldo de las masas y los trabajadores. Se hace desde la impotencia política o se hace con el despliegue del pueblo movilizado. Esta es la verdadera coyuntura decisiva. Naturalmente, para esto hay que tener un Partido de Masas, acerado, movilizado, con unidad de acción, con verdadera ascendencia en las estructuras sociales. Y para esto no hay que hacer ” virajes” ni ” pasos tácticos”, ni la serie de etiquetas vacías de contenidos a que es tan aficionada la mafia corrupta que se ha apoderado de la Dirección del Partido.

En esta línea, el último Pleno del Comité Central ( constituido en la actualidad por mayoría de funcionarios) no se constituyó en una instancia de discusión seria de la estrategia política en un mundo conmovido por un proceso de derrumbe de gran parte de la estructura financiera del mundo, sino en ratificar a la ” convergencia” y hacer un llamado a las fuerzas del Juntos Podemos Mas para hacerse parte de ello. Colocan como señuelo la reposición del proyecto de reforma al binominal, como si ignoraran que la única manera de terminar con él, es con las masas movilizadas. La derecha UDI no va a transar en esto, sino en un escenario de movilización nacional y al revés de lo que piensa el Pleno, no debemos ” lograr que la reforma al binominal se convierta en una lucha de masas” , sino que debemos lograr que la lucha de masas se convierta en la reforma al binominal y otras reformas políticas, incluyendo la constitución pinochetista. En política el orden de los factores sí altera el producto. El llamado a
”ampliar la instalación de la candidatura presidencial de Guillermo Teiller” (burda copia de Artés), no pasa de ser un chiste. Un individuo insensible a la tremenda vergüenza de no ser elegido pese a todo el despliegue económico y de otro tipo, incluido el fraude, en un centro obrero como Lota, ahorra todo comentario sobre su importancia en la construcción del factor subjetivo. ¿De qué estarán hablando estos tipos?

Nosotros comunistas verdaderos de los Consejos, no estamos contra los acuerdos de unidad de las fuerzas de izquierda, ni de los acuerdos con sectores de la Concertación que deben desprenderse de la manipulación política, imperialista, a la que han estado adscritos todos estos años post-dictadura, e que incluso el Partido fue ”baypaseado” por dirección errática y falta de visión o derechamente manipulados por agentes imperiales insertos en la organización. Pero una cosa es con sectores de la Concertación y otra cosa es con esta máquina de poder pro-capitalista que nos gobierna. Los votos del Partido, no son votos que pueda seguir manipulando la actual Dirección. No forman parte de la política de la bisagra. Sabemos de compañeros que se estarían retirando de los registros para no permitir esta manipulación.

Nosotros los comunistas de los Consejos, no tenemos ninguna aceptación para el camino señalado en la cuenta del Pleno de que ” para avanzar el único camino es hacer un pacto con la Concertación”. Esta aseveración es la muestra más clara de la claudicación revolucionaria de la actual Dirección y la corrupción de la mafia funcionaria.
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RESOLUCIONES PRIMER ENCUENTRO REGIONAL METROPOLITANO DE COMITES COMUNISTAS

Estimados compañeros:

En diciembre de 2008 hemos realizado este Primer Encuentro Regional Metropolitano de Comités Comunistas, con la participación de un número muy importante de comunas, con sus respectivos delegados, generando una discusión amplia, abierta y fraterna, que realizó un análisis profundo de la crisis actual que vive el Partido Comunista de Chile y tomó importantes resoluciones sobre el accionar que deben tener los Comités Comunistas en torno a ella y la situación nacional e internacional que deja ver la llegada de una crisis económica profunda y la inexistencia de una herramienta que dirija las luchas del pueblo y los trabajadores.

En cuanto a la recién pasada elección municipal, se constató que el Partido Comunista bajó su votación, aunque logró elegir concejales en algunas comunas de mayor importancia que en las elecciones anteriores. En cuanto a los alcaldes, mantuvo sus cuatro representantes, reeligiendo a los alcaldes de Diego de Almagro y Til-Til, reemplazando al anterior por su hijo en La Ligua y cambiando Canela por Pedro Aguirre Cerda. En el caso de Canela, el alcalde Nathan Trigo fue derrotado por el ex alcalde, quien fue como candidato independiente apoyado por el PPD.
Otros tres alcaldes elegidos por el Juntos Podemos Más fueron un humanista en Yumbel, un socialista pro Navarro en Lota y un demócrata cristiano descolgado en Illapel, lo que no produce una mayor fuerza alternativa.
La Concertación y la derecha también bajaron su votación, mientras los únicos que aumentaron fueron los no inscritos, los que no votaron y los que entregaron su voto en blanco o anulado, lo que porcentualmente se acerca al 50% de los chilenos en edad de ser ciudadanos.

La dirección del Partido Comunista produce una acelerada convergencia hacia la Concertación, bajo el lema de la lucha contra la exclusión y ya no por transformar el sistema electoral binominal, prefiere negociar unos pocos cupos parlamentarios a cambio de apoyar abiertamente al presidenciable de la nueva derecha en segunda vuelta. “Parar a la derecha” es la consigna, pero se olvida que la derecha actual comienza en la Concertación misma, que ha sido el mejor administrador de la herencia dictatorial y ha profundizado las medidas neoliberales en Educación, Salud, Vivienda y Trabajo.
La actual dirección sigue aprovechando el prestigio del antiguo partido para desarrollar una política entreguista y de conciliación de clases, dictando órdenes a las bases como si los militantes no tuviesen capacidad de razonar y sacar sus propias conclusiones. Lo más doloroso es que se sigue faltando el respeto a la memoria y la lucha dada por tanto compañero que entregó su vida defendiendo al Partido y al Pueblo. Se continúa traicionando a la clase trabajadora con el fin único de satisfacer mezquinas ambiciones personales, recibiendo las migajas que les puede otorgar el régimen.

La crisis económica internacional, y sus consecuencias a nivel nacional, crearán en el 2009 un escenario propicio para la agudización de la lucha social y sindical. Sin embargo, mientras las condiciones objetivas se acumulan, la inexistencia de una herramienta que dé conducción a los trabajadores y al pueblo evita que las condiciones subjetivas jueguen su rol. No hay capacidad de conducción de un estallido social en este momento, por lo que a los comunistas de verdad les corresponde organizar, unir y luchar junto al pueblo.
Creemos que ya no es el tiempo para luchas intestinas ni fraccionales, como tampoco para buscar salidas cupulares. Hoy es el momento de hacernos carne en la masa, de acentuar el trabajo social y sindical al que la dirección ha ido dejando de lado. Desde los sindicatos, las juntas de vecinos, las organizaciones sociales y los estudiantes debemos construir la herramienta social y política que sea capaz de proponer una real alternativa a los chilenos.

Se resuelve que la Revista Principios pase a ser el órgano oficial del Consejo Nacional de Comités Comunistas, masificándose y ayudando en la discusión y educación ideológica que necesitan los trabajadores y los militantes comunistas. Junto a la Revista Principios se desarrollará un trabajo semanal de propaganda.
Los Comités Comunistas desarrollarán un trabajo integrado del colectivo, sin dividir a la militancia entre jóvenes y adultos, que responderán a una sola dirección, comunal, regional y central. El Centralismo Democrático será clave en buen desarrollo del Partido. Las decisiones se elaborarán desde las bases y los cargos dirigentes serán elegidos sin prelaciones provenientes de organismos superiores. La unidad de acción se consigue por el convencimiento cabal de las políticas justas del conjunto del Partido, tras una discusión amplia, abierta y fraterna. Los militantes serán expulsados sólo por corrupción y traición, no por opinar distinto al interior del Partido.
El Partido es de la clase obrera, por tanto proponemos que en cada nivel de organización debe existir un 60% de obreros manuales. Cada territorio desarrollará su orgánica dependiendo de sus características y necesidades, pero a la vez debe existir una orgánica general que debe estar al servicio de la unidad de acción y el fluido de información y orientaciones generales.
En lo orgánico, se resuelve conformar un regional metropolitano con dos zonales, norte y sur, y el resto del país dividido en dos grandes regionales: Chile-Norte y Chile-Sur.

Resolvemos la creación de una vocería nacional. El pueblo debe sentir que existe un partido dispuesto a asumir la toma del poder sin ambigüedades. Se debe hacer sentir la presencia de un partido revolucionario, pasando de la teoría a la práctica. Recuperaremos, del tronco histórico del Partido Comunista de Chile, la mística, la solidaridad, el compañerismo, la honestidad y los valores humanistas. Desarrollaremos un concepto de ver y transformar el mundo distinto, que se construya desde la base del pueblo y los trabajadores.

Resolvemos profundizar la creación de Comités Comunistas en todo el país, desde el nivel comunal, sectorial y regional, ayudando a dar un cuerpo más fuerte al Consejo Nacional de Comités Comunistas, que estarán integrados por compañeros y compañeras que continúan militando en el Partido Comunista de Chile, quienes han sido alejados de la militancia y otros muchos que han decidido “irse para la casa” desencantados por la actual conducción derechizante. Así mismo, seguiremos apoyando todas las formas de organización que se han ido dando aquellos militantes que han optado por construir herramientas diferentes, como partidos con existencia local o movimientos transversales que incluyen a otros sectores y aportan a la lucha social y política.
En el mismo sentido, decidimos apoyar y aportar en la construcción de un movimiento amplio de izquierda que se una en torno a un programa mínimo, que contemple como necesidad principal la realización de una Asamblea Constituyente para la creación de una nueva Constitución Política, surgida por primera vez desde la base misma del pueblo chileno.
Junto con el movimiento social y sindical, apoyaremos la realización de un paro nacional de protesta contra las alzas, la cesantía, la superexplotación de los trabajadores, por el fin de las AFP y la Asamblea Constituyente.

A formar Comités Comunistas por todo Chile
A organizar y unir a los trabajadores y el pueblo
A luchar por una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución
Todo el poder para el pueblo

Consejo Nacional de Comités Comunistas
Enero 2009.

Una respuesta

  1. Interesante analisis en este articulo, me confieso ignorante en el tema……como me suscribo a la revista Principios?, vivo en Canada.

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