¿Dónde habrán estudiado ellas?

Por: Enviado por Carlos Bau
Fuente: Envío directo a http://www.hernanmontecinos.com (30.09.08)

Sobre la “explicación” neoliberal de la inequidad educativa

Un argumento neoliberal permanente en el debate educativo actual, apunta a disminuir la incidencia de factores extraescolares (como la condición socioeconómica de los alumnos, las desventajas culturales, afectivas, etc.) en el aprendizaje de los niñ@s y jóvenes. Este argumento, hace caso omiso al efecto de la desigualdad socioeconómica, el formato cultural excluyente de nuestro sistema educativo, o las condiciones de las familias y ambientes en que se desenvuelven los alumnos, sobre el rendimiento escolar de los niños del país. Rendimiento que como lo señalan ya múltiples investigaciones, en Chile parece estar marcado desde la cuna (Redondo y colbs. 2004, Corbalán y Contreras 2007, Donoso, 2002).

Desatender los factores extraescolares, en las iniciativas de mejora educativa hace que la atención sobre el tema se reduzca a la mejora instrumental de variables escolares aisladas entre sí.

Ejemplos de esta “desviación ideológica” es la sobrevaloración de las metodologías en el aula, la actual concepción de evaluación del desempeño docente, la promoción de sostenedores y directivos plenipotenciarios (para «liderar» la comunidad escolar, sustituyendo espacios de participación de todos los actores de ella), medidas, circunscritas a la administración de incentivos y/o en la instalación de una institucionalidad empresarial en la escuela, aislada de su contexto y orientada al rendimiento. Todo esto termina ocultando la contradicción que implica educar con equidad en las actuales condiciones de desigualdad y segmentación sociocultural.1

Recientemente una investigación ha sido ampliamente difundida por los medios de información conservadores, desde su primera aparición en “El Mercurio” el pasado 31 de agosto. El estudio, titulado “»Las escuelas que tenemos» realizado por dos investigadoras del Centro de Estudios Públicos (Bárbara Eyzaguirre y Loreto Fontaine), busca identificar los factores propios de la escuela que contribuyen a explicar diferencias de rendimiento. Se centra, únicamente, en lo que sucede en el aula y en las prácticas de gestión pedagógica en relación al aprendizaje inicial de la lectura.

La entrada de la noticia, en el diario El Mercurio, que difunde la investigación parece valerse de esta para calificar de “mitos” los argumentos que están a la base de fortalecer las condiciones en que se educan los sectores de menores recursos y de eliminar todo tipo de discriminación en el sistema de de educación pública.

La noticia parte así: “Mito 1: La diferencia en el nivel socioeconómico de los padres es el factor más gravitante para explicar las brechas en el rendimiento académico entre estudiantes.
Derribado.

Mito 2: Los colegios logran un mejor Simce sólo si los alumnos han ingresado a ellos después de un proceso de selección por habilidad.

1 En el informe de capital humano realizador Brunner y Elacqua el año 1999 señala existe una clara asociación entre el grado de desigualdad de las naciones y el rendimiento de los alumnos en las pruebas internacionales de matemáticas, incluso con independencia de su nivel de desarrollo relativo (Gráfico 16). Dicho en otras palabras, hay pocas sociedades con un alto coeficiente de desigualdad que tengan sistemas educacionales con resultados de calidad para todos sus alumnos. Incluso mencionan factores macroculturales de los países como un factor que incide al señalar que los países de tradición confuciana / budista del Asia, como Japón, Corea, Singapur, Malasia y Taiwán, a pesar de sus dispares niveles de ingreso por habitante, exhiben en general resultados óptimos en estas pruebas de aprendizaje internacional.

Derribado. (…)”

Fuente: El Mercurio 31 de Agosto

Para las autoras (en palabras del periodista): “Razones hay para que exista la brecha. Y todas tienen que ver con prácticas educativas que se dan al interior de los colegios y del aula, cambios que se pueden realizar sin necesidad de leyes ni de más recursos”.

Resulta cuando menos curioso que una investigación chilena de estas características, refute no sólo la contundente evidencia nacional, sino que también internacional. Por ejemplo es relevante considerar lo que señalan los tres estudios comparativos a nivel latinoamericano de resultados académicos que han sido hasta ahora realizados: el Primer estudio regional comparativo de Unesco para terceros y cuartos básicos (2000); el Segundo estudio regional comparativo de calidad de la educación, Unesco (2008); y el Estudio de factores asociados al aprendizaje en América Latina, del convenio Andrés Bello.

En las tres investigaciones mencionadas se confirma la tesis contraria, es decir, que los factores extraescolares tendrían una incidencia fundamental en el potencial de aprendizaje de los niños y niñas. Incluso, el segundo estudio afirma que la varianza de los resultados académicos escolares de niños y niñas de América Latina es explicada en más de un 70% por factores relacionados con el origen sociofamiliar de los niños, y menos de un 30% de esta varianza es explicada por factores relativos al tipo de colegio (Unesco, 2008).

“La segregación escolar por condiciones socioeconómicas y culturales de los estudiantes es la segunda variable de mayor importancia para explicar el rendimiento. Su incidencia es mayor en Lectura en comparación con Matemática y Ciencias. Y si bien, ésta no es una variable educativa, propiamente tal, cualquier progreso que se pueda hacer para disminuir esta segregación escolar, traerá importantes avances en los logros y aprendizajes de los estudiantes»
(UNESCO,2008) .2

El Informe de la prueba internacional TIMSS 1999, señala que “los estudiantes de hogares con un gran número de libros, con acceso a un abanico de instrumentos de apoyo, y con padres con educación universitaria obtuvieron también logros más altos en matemática”. Confirmando que existe una relación positiva, sistemática y consistente entre los recursos del hogar y los puntajes obtenidos por los alumnos (Timmss 1999).

Las investigadoras Fontaine y Eyzaguirre persisten en desacreditar la importancia de los factores extraescolares incluso manipulando la opinión de los docentes, para culpabilizarlos; “Los profesores de las buenas escuelas creen en su capacidad para enseñar y, sobre todo, tienen fe en sus alumnos. Están convencidos de que todos ellos pueden aprender y no consideran que las condiciones sociales y familiares de los niños sean barreras imposibles de superar. Lo contrario sucede en los colegios con bajo rendimiento”

2 Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe OREALC/UNESCO: Los aprendizajes de los estudiantes de América Latina y el Caribe Resumen Ejecutivo del Primer Reporte de Resultados del Segundo Estudio Regional; Santiago, Chile. Junio, 2008, p 45.

La segmentación educativa en Chile es elocuente, los colegios de bajo rendimiento en pruebas estandarizadas, son los que atienden a la población de menores recursos, los profesores solo confirman en sus expectativas, la función reproductiva de nuestro actual sistema educativo.
Los argumentos expuestos en las investigaciones citadas, pueden dar un marco argumentativo suficiente para calificar el estudio del CEP como un “interesado” e incompleto intento de asociar factores. Se debe, por lo tanto, guardar las proporciones con sus interpretaciones ideológicas, ampliamente difundidas por los medios conservadores. El afirmar que “los mitos” de la educación sencillamente se derriban a partir de esta investigación, constituye un intento más por parte de los centros de pensamiento conservadores, por configurar poco a poco el ideario neoliberal de la educación y transformarlo en un sentido común “idealista” acorde a sus intereses.

En períodos de baja movilización podemos observar como la derecha educativa persiste, utilizando este tipo de antecedentes, en desacreditar las demandas sociales por mejorar la pertinencia y el sentido de la educación chilena.
OPECH

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