Hernán Montecinos

Por: Marcos Winocur
Fuente: www.rodelu.net (14.09.08)

Cuando hace décadas nació la televisión, muchos no tuvimos dudas: la batalla por quien ganaba la audiencia se resolvería en favor de la letra impresa. Todos sabemos quién ganó, jugando, es cierto, con ventaja, pues la tele monopoliza la atención. ¿De qué modo? Bloqueando los sentidos fundamentales, vista y oído. Periódico, libro y radio retrocedieron pues lo que éstos ofrecen separadamente, la televisión lo daba de un golpe, y gratis, sin contar otras virtudes como recibir, propalar y filmar las noticias al instante, ocurrieran donde ocurrieran.

Lejos de merecer el calificativo de “caja idiota”, la tele se constituía en el manipulador número uno de los medios, haciendo descender la pantalla del cine a la sala de estar y a veces a las recámaras de cada hogar, integrándose como un miembro más de la familia.

Hoy nadie discute la hegemonía de la tele… salvo un competidor llamado Internet que ha logrado el milagro de sacar de la silla al televidente para conducirlo ante la computadora y lanzarlo a la aventura. El Internet te lleva adónde quieras, haciéndote abandonar el usual rol de receptor pasivo. Has pasado a ser el comandante de la pantalla donde encuentras lo que buscas e inscribes lo que quieres. ¿La tarea de la primaria o la secundaria? ¡Sea! ¿La última palabra médica sobre el mal de parkinson? ¡Sea! ¿Pornografía? ¡Sea! ¿Erotismo? ¡Sea! ¿Lo que sea? ¡Sea! Y bien, no cometamos el mismo error de otrora cuando creímos que el sacrosanto libro y el periódico de cada mañana saldrían victoriosos de la batalla contra la tele. Si ésta devino protagonista para una generación, el Internet lo es para la generación siguiente, los jóvenes de hoy. Claro, el Internet no te dará ideas, en ese campo sigue firme tu cabeza, el libro y el periódico de cada mañana.

Con una ventaja adicional. La tele conduce a la soledad, al aislamiento dentro de los límites de la pantalla chica, mientras que el Internet es comunicador por excelencia, te relaciona con el mundo entero.

Y bien, la tele batió a la escritura, el Internet va camino de hacerlo con la tele. Desde luego, los vencidos sobreviven y se trata más bien de una redistribución de los espacios. Es cuando la escritura toma revancha sobre la tele aliándose con el Internet. Claro, la escritura debe resignarse al reemplazo de cultura por información y cerrar los ojos ante lo efímero, pero ¿qué no es efímero en este siglo XXI? Las bibliotecas libran como pueden la batalla por la permanencia del libro, es decir, contra lo efímero. Pero es una gota de agua en el mar.

De don Gutenberg y de su imprenta de tipos móviles, a la radio y al cine sonoro, de éstos a la televisión y al Internet… las tecnologías nos hacen dar un paso hacia un incierto futuro electrónico.

Marcos Winocur
Escritor argentino, reside en México
marcoswinocur@yahoo.com.mx

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