Fuente: «Voces Proletarias» Nº 32
Fuente: Instituto Rodrigo Ambrosio (15.11.10)
Los oportunistas agrupados en el “progresismo” con el liberalismo, vienen afirmando a través de su aparato comunicacional de que la juventud no participa en política porque están decepcionados por la práctica que desarrolló la concertación en las últimas dos décadas.
Dicen los exponentes de tales ideas que el rechazo masivo de la juventud a la participación cívica, sería porque esta actividad, esta pervertida en todos los niveles donde esta presente y muy especialmente en los municipios, el parlamento y el gobierno.
En tercer lugar subrayan que los políticos están desprestigiados, no tienen credibilidad y que son los promotores de la corrupción y los negocios que perjudican al país.
Con estos argumentos entre otros no menos fuertes, vienen manipulando la conciencia ciudadana a través de una gigantesca estrategia comunicacional denunciando que los políticos son exclusivamente de la concertación y de la izquierda agrupada en el Juntos Podemos.
Paralelamente el oportunismo como el mal llamado “progresismo” advierten en esta campaña, que los que están en la derecha, desde sus tendencias liberales, pasando por los conservadores y hasta los grupos fascistas, no serían políticos, si no que son independientes.
Los publicistas de la ideología predominante sostienen que estos “independientes”, militantes en la UDI – RN – el PRI – y en el “progresismo”, son puros y no participan en actos corruptos y politiqueros.
La corrupción.
La corrupción es una actividad ilícita que se instala con mucha fuerza para alterar las prácticas que desarrollan los seres humanos en los negocios, los bancos, las industrias, la religión, fuerzas armadas y por cierto que en la dirección de los gobiernos, parlamentos y municipios.
Ninguna actividad que tenga un impacto social y donde normalmente se realizan adquisiciones de millones de dólares es indiferente para los sectores privados interesados en influir en las decisiones para beneficiarse.
Por eso, que los grupos empresariales, tanto de las actividades formales como de aquellas que operan al margen de las leyes (narcotráfico, prostitución, venta de armas, contrabando, etc.), no trepidan en comprarse los servicios de personas que tienen la responsabilidad de administrar recursos.
La presencia de la corrupción en Chile viene teniendo un fuerte crecimiento, en la medida que el país se establece una economía capitalista exitosa fundada en los abusos y la violencia.
En este proceso de cercenar las instituciones públicas y privadas, han caído a las áreas de influencias de los grupos mafiosos personas de todo el ámbito nacional. Desde la derecha pasando por el centro e inclusive de la izquierda.
El capital financiero detrás de la corrupción.
Uno de los roles importantes en esta operación lo cumple la publicidad de la ideología de la farándula a través de “El Mercurio”, canales privados de TV, radioemisoras, humoristas y artistas al servicio del capitalismo.
La estrategia comunicacional desde un punto central de la ideología dominante, apunta al adormecimiento masivo de la conciencia de millones de chilenos para alejarlos de la política y de la democratización de la sociedad.
En este marco una de los principales conquistas fue distorsionar la escala de valores éticos a partir de masificar la perdida de la capacidad de asombro y de la confianza que millones de personas tenían de las instituciones del Estado y de la llamada sociedad civil.
Al respecto, hay un caso muy singular para ilustrar esta actitud del liberalismo, el progresismo y la farándula: un señor llamado Juan Pablo Dávila fue declarado por la justicia como responsable de uno de los robos más grandes de la historia de Chile.
Dávila, fue jefe del Departamento de Mercado de Futuro de CODELCO y su misión era comprar y vender cobre a futuro, estuvo involucrado en un fraude que le significó al Estado de Chile una pérdida de más de US $ 218 millones de dólares.
Por este fraude, Ávila fue condenado a la cárcel el año 1997. Pero aquí se produce una doble situación que tanto el liberalismo, la farándula y el progresismo ocultan, como premio, Dávila es nombrado pastor por la Iglesia Adventista de Chile y para hacer más bonita esta acción, lo designan después profesor universitario.
Aquí se percibe la profundidad de la manipulación ideológica de la cual somos víctimas. Como puede ser que nadie se moleste que un delincuente, primero sea nombrado Pastor y luego le den la responsabilidad de formar a los futuros profesionales.
Obviamente que cuando los delincuentes no son castigados, sino que premiados por el sector privado y nadie dice nada, el movimiento social tampoco reacciona, es que algo muy grave está pasando.
Con esta manera de razonar del liberalismo, la farándula y el progresismo, el país pierde y sus instituciones dejan de tener el respeto y la autoridad para ejercer la tarea de conducir al país.
Cuidado con el apoyo social
alcanzado por los mafiosos.
En los últimos años un número significativo de militantes de partidos derechistas UDI – RN – PRI y Progresista, junto a otros de las agrupaciones concertacionistas, tras ser sancionados por actividades ilícitas, han sido premiados por la población con cargos en los municipios o el parlamento.
El caso del ex alcalde de Coquimbo, Pedro Velásquez, que salio de su cargo tras una denuncia de la senadora Matthei, fue sancionado por la Justicia para tener que devolver más $ 160 millones de pesos.
Como premio el delincuente recibió la designación como candidato a Diputado por parte del PRI que lidera Adolfo Zaldivar (actual embajador en Argentina, designado por el Presidente Piñera).
Lo más grave es que ciudadanía de Coquimbo en vez de castigar al delincuente, lo eligió con una alta votación como Diputado.
La transversal práctica de los alcaldes y de los diversos ministerios y servicios públicos de no cumplir con las leyes al tener contratados a casi el 60 por ciento de los funcionarios a honorarios y contrata, no pago de horas extraordinarias, etc., restan al Estado la autoridad para exigir que el sector privado cumpla con las leyes y respete los derechos de los trabajadores.
No se entiende porque los chilenos cada vez que son informados de que algún señor no cumple con la ley y en especial que tiene negocios oscuros, recibe como premio el apoyo de muchos.
La ideología reaccionaria que se instaló a partir del año 1973 sin contrapeso, como producto de una potente manipulación psicológica, logró cambiar la mente colectiva de Chile.
El proceso de ideotización creciente que viene viviendo el país se manifiesta todos los días en muchos aspectos de la vida cotidiana, alimentado por el consumismo banal que induce a millones de chilenos la programación en los canales de TV.
Paralelamente se viene dando desde la dictadura un fuerte impulso a la industria pornográfica y la prostitución a gran escala, donde se alimentan las más bajas pasiones especialmente en los jóvenes que carecen de recursos pero que aspiran como máximo a acceder al mundo de fantasía de drogas, alcoholismo y prostitución.
Es cosa de leer las paginas avisos comerciales de los diarios regionales o de circulación nacional donde abiertamente se ofrecen servicios de prostitución masculina y femenina para todas las edades y gustos.
Rol de los políticos.
En la construcción de capitalismo en Chile desde el golpe de Estado a la fecha, se puede afirmar que los cuadros políticos partidarios del este pensamiento han sido eficientes.
Primero porque lograron tener una fuerza enorme que les permitió adormecer ideológicamente a la mayoría de los chilenos y aterrorizar a sus adversarios, para imponer un freno al desarrollo democrático.
Desde el punto de vista de los intereses del capital financiero sus cuadros políticos realizaron bien su tarea y siguen teniendo un fuerte predominio con el cual limitan el desarrollo de la DEMOCRATIZACIÓN.
Por otra parte, las profundas transformaciones ocurridas en Chile y el Mundo en las últimas cuatro décadas que marcan un severo retroceso de las tendencias populares y revolucionarias, han calado hondo en las filas de los partidos de centro y de izquierda.
Las fuerzas del movimiento democrático han tenido muchas dificultades teóricas y políticas para desarrollar una justa comprensión de la globalización y de la revolución tecnológica capitaneada por el capital financiero que se pueda traducir en una alternativa.
La lucha ideológica
En este escenario de un proceso revolucionario y de una globalización que seguirá avanzando trastocando todos los aspectos de la vida de millones de asalariados, tanto en sus aspectos positivos como en los negativos, es donde debemos entender que se debe desarrollar la lucha ideológica.
La primera tarea que debemos realizar los demócratas es organizarnos en las empresas mineras, pesqueras, industriales, poblaciones, establecimientos educacionales y en la ruralidad en núcleos transversales de estudios.
Debemos tomar la iniciativa de apertrecharnos de la ciencia y la tecnología, para entender el desarrollo del capitalismo financiero que nos domina para saber enfrentar.
Esta lucha será larga y difícil, deberemos darla en todos los ámbitos y en ella hay espacio para jóvenes, las mujeres, los artistas e intelectuales, profesionales y técnicos y desde luego para los adultos mayores.
El frente de la cultura es importante para combatir a través del teatro, la música, pintura, escultura, el canto y la poesía con valores solidarios y socialistas el contenido y la forma de la ideología de la mediocridad y la idiotez.
En tercer lugar hay que convocar sin exclusiones y sectarismos a los cuadros políticos con la experiencia en las luchas sociales y políticas de las últimas cinco décadas para que se comprometan con la misión de formar y atender la formación de estos núcleos transversales y unitarios que serán el punto de partida de esta nueva batalla.
A partir de estos grupos unitarios, se debe luchar por ampliar y fortalecer cada una de las organizaciones políticas, sindicales y culturales que fueron claves en el desarrollo de las tendencias democráticas.
Los demócratas no podemos rendirnos ante el capital financiero y perder esta batalla por nuestra decidía o indeferencia.
Hay que luchar con amplitud, inteligencia, desechando el sectarismo para limpiar cada una de nuestras organizaciones de la influencia oportunista de la ideología liberal y del mal llamado progresismo.
Nada debemos regalar los partidos populares. Hay que recuperar la influencia de los demócratas en las iglesias cristianas, en las organizaciones sindicales, las universidades, en los periodistas, entre los hombres de ciencia y de las letras.
En el frente del arte y la cultura hay que realizar un enorme esfuerzo para erradicar y derrotar la infiltración perversa de la ideología liberal, que nos quitó el liderazgo, introduciendo masivamente entre los jóvenes artistas el consumo masivo de drogas y alcoholismo.
La tarea en este ámbito es rescatar para el pueblo la cultura y el arte con la participación masiva de hombres y mujeres, ancianos y jóvenes dispuestos a extirpar la idiotización.
“No hay democracia en abstracto. El régimen democrático chileno expresa en lo fundamental una forma de dominación de la burguesía. En lo fundamental. Creo, sin embargo, que un análisis marxista de la superestructura de la sociedad chilena debe ir más lejos. Yo creo que por ausencia de ese análisis, en buena medida, muchos grupos revolucionarios han tenido en estos años un malentendido permanente respecto de la lucha política por el poder, y concretamente una negligencia dogmática hacia las formas electorales del enfrentamiento de clases”.
(Rodrigo Ambrosio, 24 Noviembre 1970 – Entrevista Revista Punto Final 118.).
Instituto Rodrigo Ambrosio
Director Eduardo Henríquez P
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