Conmigo, no cuenten

Por: Cristian Meneses
Fuente: http://www.g80.cl (04.01.10)

La coalición de centro-derecha llamada “Concertación por la Democracia” obtuvo su propia victoria electoral, elección tras elección presidencial desde 1990. El Pueblo de Chile no ha obtenido ninguna victoria desde 1970.

La ultraderecha, representada hoy en la Alianza por Chile, obtuvo un triunfo resonante por la vía del golpe de estado de 1973 y ha continuado cosechando desde entonces los frutos de su siembra de muertes y horrores que duró 17 de los más oscuros años de nuestra historia.

La Concertación, heredera bastarda y testaferro del pinochetismo institucional, ha consolidado y protegido durante casi 20 años el legado antidemocrático de la dictadura, manteniendo sus leyes espurias y su maquilando su constitución ilegítima.

Ha continuado la senda de la depredación social y medioambiental bajo el estandarte ajado y desteñido del neoliberalismo económico, a contrapelo de la historia y de las ciencias.

Ha continuado esquilmando los fondos de pensión de los trabajadores para regalárselos a los especuladores de las AFP.

Ha favorecido sistemáticamente el otorgamiento de franquicias tributarias y facilidades descabelladas de toda clase a intereses privados foráneos y nacionales para explotar las riquezas naturales que pertenecen a todos los chilenos.

Ha continuado el camino de la privatización de los servicios básicos, entregando al lucro y al abuso la satisfacción de las necesidades esenciales de nuestro pueblo.

Ha contribuido entusiastamente a la imposición de una educación desigual y de un acceso desigual a la salud de todos los chilenos, y ha profundizado las desventajas de los trabajadores y sus organizaciones frente a los poderosos intereses económicos de los grupos nacionales y transnacionales.

Ha escatimado sistemáticamente una verdadera justicia para las miles de víctimas de la represión de la tiranía y ha amparado incluso al dictador para salvarlo de la justicia internacional.

No ha dudado en emplear las más terribles leyes pinochetistas para reprimir las justas reivindicaciones del Pueblo Mapuche y encarcelar a sus dirigentes. Las fuerzas represivas de los gobiernos concertacionistas ya cuentan con un nutrido prontuario de abusos y asesinatos contra los comuneros mapuche y sus familias.

Creo representar a los que no nos engañamos ni olvidamos, a los que recordamos a Rodrigo Cisternas, a Alex Lemún, a Matías Catrileo y a Jaime Mendoza Collío.

A los que recordamos a todos los chilenos dignos y valerosos que entregaron su vida en la lucha desigual contra el régimen militar y sus esbirros, a los que murieron en el despiadado exilio y a los que estuvieron en las protestas y en las barricadas, en las marchas, en las huelgas y en las tomas de terrenos y de campus universitarios.

Hoy el fascismo se apresta a cosechar el fruto de su siembra de horror, siembra que ha sido regada durante casi 20 años con las injusticias, los abusos, la corrupción, el oportunismo y el acomodo obsceno al legado pinochetista por parte de los sectores concertacionistas y con las torpezas de una izquierda pusilánime que no sabe otra cosa que mendigar su inclusión en el odioso sistema que pretende combatir.

El sistema electoral binominal es un grosero esquema de manipulación, implantado por los ideólogos ultraderechistas con el fin de violentar sistemáticamente la expresión de la voluntad soberana del pueblo. En Chile no hay elecciones verdaderamente democráticas desde marzo de 1973 y no las habrá mientras se continúe consolidando el binominalismo.

Si en las elecciones del 13 de diciembre pasado la opción estratégica acertada era votar por la candidatura independiente de modo de socavar la lógica binominal, hoy lo es votar nulo o abstenerse.

Es necesario siempre rechazar las falsas disyuntivas duales que propone la manipulación mediática, completamente consistente con el sistema.

Las candidaturas de Frei y de Piñera son dos candidaturas pinochetistas, son dos candidaturas antidemocráticas y antipopulares que solo continuarán el camino trazado por sus oscuros mentores.

Cualquiera sea el resultado electoral del 17 de enero próximo, está claro que no será nuestra victoria y tampoco será nuestra derrota.

No se puede combatir la antidemocracia, legitimándola.

CONMIGO, NO CUENTEN.

Cristian Meneses

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