Hernán Montecinos

Por: Daniel Trenado
Fuente: http://www.unamenteinquieta.com (04.10.11)

Llevo varias semanas montando este blog, ayer mismo compré el dominio, y no esperaba empezar a publicar hasta dentro de una semana o dos, al menos cuando hubiera cambiado el diseño provisional que tiene actualmente por algo más personal. Por desgracia hay veces que los hechos se anticipan a nuestros deseos, así que voy a abrir precipitadamente este espacio debido a que Pablo Hasél ha sido detenido a las 10:30 paseando por Lleida con su amigo Marc Hijo de Sam, quien pudo dar la noticia a la desesperada en Facebook.

Si esto no hubiera sucedido cualquier lector de este humilde panfleto habría conocido al que para mí es el rapero más comprometido del panorama español en otro momento. Su música no se merece una simple reseña, ni un centenar, y yo pretendía hacerle toda la justicia que el tiempo y mi -escasa- calidad literaria me permitiera. Por desgracia no ha habido tiempo para reseñas, ni para entrevistas, y Pablo Hasél va a ser noticia por algo que ninguno habríamos querido nunca. Diría tambien que tampoco lo esperaba, pero será que no lo medité lo bastante, porque está claro que tenía todas las papeletas para ser el próximo objetivo de la panda de fascistas que impone la ley en este reino. Porque hoy en dia, señoras y señores, no hace falta más que ser comunista y decir las ideas bien alto para resultarle peligroso al sistema. Y el sistema, como animal cobarde y represivo intenta callarte. Para desgracia de algunos Pablo es más integro que la mayoría, y la única manera de hacerlo callar es meterlo en un calabozo, por apología del terrorismo, ya que decir que se explayó en su derecho a la libertad de expresión no parece correcto.

Al parecer los métodos del sistema consisten en entrar a tu casa por la fuerza, llevarse tu ordenador, tus libros -tradicionalmente fuente de rebeliones, esos peligrosos objetos- y el ordenador de tu hermana de 8 años, un peligro en potencia. Porque lo que le ha pasado hoy a Pablo nos puede pasar a cualquiera de los que nos consideramos comunistas y luchamos contra este Estado represor que tratamos de derribar, la diferencia es que Pablo tiene un buen puñado de seguidores que además nos consideramos como amigos, aunque no hayamos podido tratarle nunca. La diferencia es que no vamos a dejar que se ceben con él, que traten de humillarlo y lo tachen de instigador del terrorismo. Pablo es un poeta y un activista, mediante su arte es capaz de hacernos llegar un mensaje directo, de esos pocos que pueden dañar al poder establecido. Nos habla de rebelión, de no dejar a los poderosos que se salgan con la suya, y de rabia. Sus letras desprenden una salvaje rabia contra las injusticias sociales, contra la clase política y económica que aplasta a nosotros -los obreros- para aumentar sus beneficios. El delito de Pablo es sentir rabia por las injusticias del mundo y saber tranmitirnosla.

Hoy esa rabia la siento yo, cada vez que pienso en la cobardía de la detención, por la mañana en mitad de la calle, en la cobardía de un registro que le ha metido miedo a una familia que no tiene culpa de nada, y a una niña que está viendo como machacan a su hermano, como lo tratan de delincuente. Será que yo también tengo familia y hermana, que me pongo en el lugar de Pablo ahora mismo, retenido en un calabozo sin saber nada de su futuro, y la rabia me consume por dentro. Desde luego si algo tengo claro es que esta rabia no será en vano, que no nos vamos a callar hasta que Pablo esté en la calle, haciendo lo que mejor se le da: escupir al sistema las verdades a la cara, esto que todos deberíamos hacer a diario. Hoy somos muchos los que sentimos esa rabia, no hay más que ver su Facebook, los blogs de apoyo surgidos, los artículos en blogs amigos, el hashtag #libertadhasel es el asunto más hablado en Twitter y sube como la espuma, las 5.500 firmas que llevamos recogidas en tan solo unas horas. Esto no va a parar, vamos a seguir dando caña mientras nos quede un solo aliento, porque ahí fuera hay un inocente encerrado, por culpa de dar su opinión, por tener un criterio propio. Porque todos sabemos que en este país tener criterio puede ser peligroso, y expresarlo en voz alta te convierte en terrorista. Mañana El Mundo, ABC, La Razon, La Gaceta y el resto de diarios fascistas abrirán su tirada contandonos lo peligroso que era nuestro compañero, como reclutaba terroristas por internet -como ya se a atrevido a decir ABC-, pero los que de verdad lo conocemos sabemos que el terrorista no es Pablo, sabemos que Pablo no ha apoyado reiteradamente el regimen fascista que durante años asoló España y cuyos sucesores siguen hoy gobernando. Sabemos que no es Pablo quien describe el franquismo como una «época de extraordinaria placidez», eso lo hacen Mayor Oreja y sus compinches ultraderechistas del PP, en medios privados hacia una audiencia incapaz de pensar por si misma. Pablo no es el terrorista, es quien le plantaba cara a los verdaderos terroristas.

Por eso no podemos dejar que esto siga así compañeros, en nuestra mano está luchar por el camarada que nos ha hecho disfrutar tan buenos momentos con su música. Antes de ayer me dormí escuchando «Crucificado en tu clítoris», ayer «Un cafe con Gudrun Ensslin», hoy pretendía que fuera con otro artista, pero volveré a dormir con la lírica de un genio del rap de fondo, porque al final Pablo nos recuerda porque somos de izquierda, porque necesitamos tumbar el sistema. Por suerte todos podemos ayudar a Pablo, si quieres hacerlo puedes escribir, la difusión es la mejor arma con la que contamos, no dejes de decirselo a tus amigos, a tus compañeros, a tu familia, a cualquiera dispuesto a oirte. Si quieres firmar hay una petición en Actuable, puedes pinchar aquí. En Twitter siempre hay gente dando caña, mejor ahí que nada. Esperamos también que se convoquen manifestaciones de apoyo, de momento solo hay en Lleida, si te coje cerca no dudes en pasarte, para el resto de personas seguiré informando por este blog, de eso no hay duda.

Os dejo con un video, la canción que ha llevado a los calabozos a este Maestro, ojalá sirva de homenaje para los duros momentos que supone un trauma así. Estamos contigo.

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