Fuente: Diario «La Tercera»
(25.06.10)
Hasta ayer, 80 soldados de la coalición encabezada por Estados Unidos habían muerto en el país asiático este mes. Se trata de un duro golpe para la estrategia militar en el país centroasiático y se produce en momentos de crisis por la destitución del general Stanley McChrystal.
Con la muerte de cuatro soldados británicos, el miércoles, en el sur de Afganistán, la cifra de bajas mortales de las tropas de la coalición encabezada por Estados Unidos llegó a 80, un número que convierte a junio en el mes más sangriento de la guerra para la fuerzas extranjeras, y eso que aún faltan seis días para que termine el mes. Se trata de un grave hito, cuando el gobierno norteamericano quiere cosechar éxitos, para establecer un plan de salida, después de ocho años y medio de conflicto. Pero todo muestra que las cosas se complican cada vez más.
De hecho, la muerte de los soldados británicos ocurrió en medio de un conflicto sobre el liderazgo de la guerra con el relevo del general Stanley McChrystal, máximo comandante de Estados Unidos en Afganistán, a causa de comentarios inapropiados que hizo sobre el Presidente Barack Obama y el Vicepresidente Joe Biden a la revista estadounidense Rolling Stone. McChrystal fue reemplazado por el general David Petraeus, quien actualmente está al frente del Comando Central de Estados Unidos y el arquitecto de la estrategia de la guerra en Irak.
A esa crisis en Washington se suma, en el campo de batalla, el hecho de que, de acuerdo con la estrategia trazada, la apuesta era consolidar el poderío de los aliados en diversas localidades para restar poder e influencia a los talibanes. Eso es lo que se trató de hacer en Marja, pero si bien inicialmente se cosecharon éxitos, la situación empeoró y ahora los integristas ponen en jaque la apuesta aliada. Esto ha hecho que la siguiente fase de la estrategia, la ciudad de Kandahar, sea puesta en duda.
45 estadounidenses
En junio han muerto 45 soldados de Estados Unidos, 18 británicos, cinco australianos, dos rumanos, dos daneses, dos canadienses, dos franceses, dos polacos y dos hombres de lo cuales no se había informado su nacionalidad. Muchas de los fallecimientos militares ocurrieron en bombardeos. También civiles han perdido la vida en incidentes similares. La Fuerza de Asistencia de Seguridad Internacional de la OTAN informó que siete trabajadores de la construcción en la provincia de Uruzgan murieron a causa de una bomba a control remoto.
La mayoría de los muertos de las fuerzas de la OTAN de junio se ha registrado en la provincia de Helmand (33), seguido de los de Kandahar (12) y Kunar (7). «Nuestro país está en guerra», dijo el miércoles Obama en sus comentarios al informar de la salida de McChrystal. «Nos enfrentamos a una batalla muy difícil en Afganistán».
Junio es el peor mes desde agosto pasado, cuando murieron 77 soldados. En lo que va del año ya han perecido 300 soldados en Afganistán frente a los 521 que murieron a lo largo de 2009 según datos del sitio web independiente iCasualties.org. La insurgencia talibán se ha reforzado de manera notable en los últimos tres años, a pesar de la presencia de fuerzas internacionales, cuyo número se incrementará en agosto desde los 142 mil hasta los 150 mil.
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