El Partido Comunista y la píldora del día después

Por: Patricio Valenzuela
Fuente: http://www.g80.cl (09.08.11)

Todos nos hemos visto involucrados en el movimiento estudiantil, desde aquel -que desde lejos- impedido de participar por amenazas de cesantía, endeudamiento, o por lo que sea, pero que –sin embargo-, simpatizan con con sus demandas y ponen secretas esperanzas en el éxito de sus justas reivindicaciones; hasta aquellos mas directamente comprometidos, que apoyan y participan desde los mas variados rincones de la sociedad civil, expresando una solidaridad mas proactiva.

Solidaridad no solo por sus bellas coreografías o la sana espontaneidad y pureza de un movimiento emergente aún no contaminado, o por la nueva y verdadera democracia interna de sus organizaciones; sino principalmente por la profundidad y claridad de sus planteamientos, por su disposición clara y generosa de luchar, no solo por el cambio de modelo educacional, sino por romper ése, -su ámbito específico-, para proyectar concientemente sus demandas, a la necesidad de un cambio global del modelo político, económico y cultural, sin lo cual es imposible un cambio sustentable en la matriz filosófica del modelo educacional.

Hoy el nuevo Chile que despierta ha dicho basta, basta con el saqueo de nuestros recursos, la depredación de nuestra naturaleza, a la exacción de nuestros sueldos –para la educación de nuestros hijos-, en que debemos rendir nuestro tributo de sudor y lágrimas, para llenar las fauces insaciables de la Banca y el lucro de la clase política empresarial, o – en el mejor de los casos-, que el Estado-garante, sea el que -con los impuestos de todos los chilenos-, tenga que asumir la deuda de mas del 60 % de las deserciones (porque sus familias no pueden seguir pagando sus estudios), o el siniestro caso de los profesionales jóvenes, que comienzan su vida laboral con su existencia ya hipotecada a los Bancos, sirviendo deudas de 20 ó 30 millones de pesos –con un interés usurario (6% ). Y -por si esto fuese poco-, -en el caso de los secundarios-, por una educación excesivamente cara, discriminatoria y de mala calidad (una para pobres y otra para ricos), cuyos hijos –si todo siguiese igual-, reproducirán los respectivos roles previamente pauteados y cosificados, para la reproducción de la segmentación social.

Es por eso que nos ha dejado estupefactos, leer el reportaje aparecido en la Tercera (06.08.11), titulado “La reservada negociación del P.C. y la Moneda” en el que los autores, los periodistas (Luis Concha, Claudia Farfán y Esteban González), informan que desde Abril existieron –y aún existen- negociaciones soterradas entre la Moneda y el P.C. para “desactivar la crisis”.

Es decir, que gracias e este artículo, nos hemos enterado, que existían dos movimientos paralelos. Uno aquel de los movimientos sociales, que interpelaba al Estado con toda la fuerza y justicia de sus demandas, -que hemos descrito-, y aquel otro; el de las negociaciones arcanas y soterradas, intentando transar el movimiento estudiantil, por algunas reformas, justo en la medida que su moderación, se encuadrase dentro de la métrica de los intereses definidos por ese Partidos, en su empeño de incorporarse al establishment, en pactos electorales. Por lo cual tenían que monitorear el movimiento, impidiendo que se radicalizara mas allá de lo pauteado y escapase a su control, -como es lo que ha estado sucediendo-.

Eran frecuentes las citas y los teléfonos entre los Hinzpeter, los Chadwick, los Lavín etc., para quiénes (cito textual el reportaje): “su mejor carta para controlar las movilizaciones era potenciar la involucración del P.C., no solo porque el Partido suele actuar con disciplina y ha dado muestras de querer estar en el establisment, y mantener el control de los movimientos sociales.” (fin de la cita).

Ahora se entiende mucho mejor, el cuestionamiento hecho en la Asamblea de la Confech (del 25 de Junio), a Camila Vallejos en la Universidad Federico Santa María, donde los representantes de la izquierda mas radical, (Utem y Universidades de Regiones), modificaron la mesa ejecutiva y ampliaron la representación de los sectores “ultra” en la entidad, por considerar que sus demandas no estaban bien representadas.

(Como no quiero, ni es relevante, transcribir largos pasajes y /o hacer citas reiterativas, les pido a los lectores que lean este reportaje, pues eso me ahorrará mayor abundamiento de datos)

Más importante es el análisis de fondo que es necesario hacer, acerca del rol del P.C., en los movimientos sociales

Porque no se trata de utilizar y o preparar jóvenes dirigentes para ponerles un chip debajo de la piel, que les permita controlar y modular su grado de radicalización de acuerdo a las conveniencias de sus intereses macro-políticos como Partido, al interior del marco político nacional. Si el P.C., ha decidido integrarse a las normas de la democracia neoliberal -que hoy nos rige- o aún al modelo de democracia liberal representativa; es una decisión interna, cuya responsabilidad histórico-política tendrán que asumir sus dirigentes ante el pueblo.

Distinto es utilizar sus jóvenes, para frenar o constituirse en rémora o pesado lastre conservador, destinado a , envolver o mutilar el impulso espontáneo de los movimientos sociales -es decir- en el momento en que la criatura revolucionaria comienza a gestarse en el vientre del pueblo, es el P.C., el que juega el rol de la píldora del día después, para prevenir y/o hacer abortar la gestación del nuevo Chile que pugna por apuntar, y así frenar el empuje con que las organizaciones sociales irrumpen como sujetos protagónicos del cambio social. No pueden intervenir la historia, intentando trastocar el curso inexorable de los nuevos movimientos y organizaciones sociales, que irrumpen a la arena continuando las luchas del pasado, pero en concordancia con los nuevos tiempos y los nuevos instrumentos del siglo XX1, rompiendo toda relación con partidos burocratizados autoritarios y anquilosados; cuyos proyectos, fracasaron sin pena ni gloria, en el ocaso del pasado siglo.

Que no se pretenda circunscribir, la correcta visión holística del movimiento estudiantil con las presiones de “centrar las demandas en temas educacionales” como aconseja el diputado Tellier (la Tercera 07. 08). El positivismo miope de separar y dividir coincide exactamente con los intereses de los Srs. Hinzpeter, Piñera , Bulnes etc.,

Finalmente, quería marcar que; para todos aquellos que hemos estado y estaremos el resto de la vida en la lucha política y social, no nos arredran los rótulos descalificadores y peyorativos de “Ultras”, (hubo otros tiempos en que el epíteto de turno era “los caballos de Troya del Imperialismo”), porque sabemos que tal reflejo condicionado es la herencia de 70 años de sumisión, que veía en cualquiera organización que no pudiese ser controlada, o no cayera bajo su égida, un peligro para sus pretensiones de hegemonizar y/o controlar los movimientos sociales. Aún hoy con su clara propensión a integrarse al sistema, aparecen apoyándose en los movimientos sociales, para mejorar su peso relativo, en los pactos electorales con la Concertación.

Pero, dejemos que los muertos entierren a sus muertos

Porque si ser ultra, significa luchar por una democracia social participativa, por el cambio de modelo educacional, por la defensa de la naturaleza y la preservación del medioambiente, por hacer conciente el poder constituyente de la soberanía popular, para redactar una nueva Constitución democrática -por primera vez en la historia de Chile-, por renacionalizar nuestras riquezas naturales, o una reforma tributaria redistributiva, o el término del modelo político y económico neoliberal, me declaro con orgullo un ultra mas, de los millones que –por fortuna- ya están manifestándose a lo largo y ancho de todo en nuestro País.

Patricio Valenzuela
Stgo. 08.08.11

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