Por: Francisca Ortiz Ruiz
Fuente: http://www.critica.cl (09.08.11)
¿Qué es finalmente un artista? ¿Es una habilidad o capacidad innata que los agentes incorporan dentro de sí mismos desde que nace? ¿O podríamos decir que es una construcción social? ¿Y qué sucede con la autonomía del campo del arte? ¿Existe?
Interrogantes sobre la “capacidad innata” de un artista y si existe realmente es uno de los asuntos en que el autor Francés Pierre Bourdieu concentra gran parte de su interés sociológico. Es por medio de uno de los primeros acercamientos cuantitativos al campo del arte, que el autor busca develar que sucede en el arte, y si este es un campo totalmente autónomo de la sociedad o no. A continuación, por medio de una revisión bibliográfica teórica, se presenta una problematización de lo que Bourdieu menciona que es el arte. Explicitando principalmente, un abordaje al concepto de “artista” egresado de la academia y como este se va definiendo según el campo que lo rodea, la illusio, las reglas y las condiciones en la que se encuentra.
“La prueba de que ya sé que quiero poner en mi obra, y qué esfuerzos debo realizar aunque tenga que hundirme es que tengo una fe absoluta en el arte” [2] (Vincent Van Gogh)
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¿Qué será realmente un artista? ¿Quién es este “artista”? ¿Un creador? ¿Un agente sacralizado por la sociedad? ¿Un objeto o un sujeto? Pierre Bourdieu nos responderá muy simplemente: Es el agente creador increado creado socialmente, dicho como tal, porque en su mismo campo se le llama así, porque su legitimación esta sobrellevada por los críticos, los directores de museos, los productores de exposiciones, los curadores, entre otros. Pero… ¿Qué significa esto?
En las universidades que se dictan la carrera de “artista”, buscan el “desarrollo de la capacidad creativa, el dominio técnico y la reflexión teórica de sus estudiantes.
Siendo esto a través de un “Plan de Formación General de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que promueve el desarrollo integral de los alumnos, la Escuela de Arte ofrece el título de Licenciado en Arte.
Es una formación que se entrega a los estudiantes; es una búsqueda de cómo se quiere moldear lo mejor posible al estudiante para que llegue a ser el perfil del profesional que queremos cuando egrese; es que el agente de la academia, el artista de academia pueda llegar a ser un verdadero “artista” no por medio de capacidades innatas, sino que solo si es que cumple con las reglas necesarias para entrar en el juego, para jugar en el juego, para luchar en el juego, e incluso, para sobrevivir en el juego; todo dentro de esta illusio.
Vayamos por orden, no nos adelantemos. Los sociólogos en general, que han logrado integrarse en los campos de los reconocidos como artistas, antes de la teoría de P. Bourdieu, mostraban una realidad del arte más enfocada a las obras, a lo estético y a su historia (como son los casos de Walter Benjamín y Theodor Adorno) No queremos decir que esto no sea clave en las investigaciones de un sociólogo sobre este multitudinario campo; “El proyecto de Pierre Bourdieu, en cambio, es claramente explicativo y está orientado a las obras, (…), cuyo objeto sería no solo la producción material de la obra en sí misma, sino también la producción de su valor, es decir en la constitución de su campo, y en el estudio de este, en sí mismo.
“A este parámetro colectivo, el “campo”, le corresponde homológicamente el parámetro individual – pero resultado de condiciones sociales-, el “habitus”, por ajuste entre estructuras de la actividad y disposiciones incorporadas; entonces si ya entendemos que el arte si posee un campo de conformación y perpetuación del “artista de academia”; con ciertas técnicas, formas de creatividad, de desarrollo y de expresión. ¿Es realmente autónomo el arte?
Para esta respuesta hay que precisar que el habitus es un “Producto de la historia, el (…) [que] origina prácticas, individuales y colectivas, y por ende historia (…); es el mismo “Pasado que sobrevive en lo actual[9]; es todo lo que el agente va incorporando durante su vida, tanto como regularidades, formas de vivir, de luchar en el campo por sobrevivir, por combatir por los distintos capitales, modos de comportamientos, prácticas, es todo eso y más incorporado en nosotros, en nuestro cuerpo. El habitus en otras palabras, entonces, “Asegura la presencia activa de las experiencias pasadas que, registradas en cada organismo bajo la forma de esquemas de percepción, de pensamientos y de acción [10]. La historia que es capaz de mantener dentro de un campo, en este caso, el campo del arte, subdivido en otros más; es lo que “Mantiene la relación del “llevar” y ser “llevado” (…) [11], en que el agente tiene un suerte de objeto y sujeto a la vez, que por su propio habitus y las regularidades presentes en su campo, es direccionado hacia ciertas decisiones; pero, aun así, el agente mismo puede decidir cuál de estas decisiones elegir finalmente, mostrando la existencia de lo que Bourdieu llamaría como autonomía relativa. Entonces… ¿Es realmente el arte autónomo?, Pierre Bourdieu, contestaría, que solo de forma relativa la posee, y es a partir de esta en la cual todos los agentes estamos inmersos, y el arte no está exento.
“Esta lógica paradojal es la de toda práctica o, mejor, de todo sentido práctico: atrapada por aquello de lo que se trata, totalmente presente en el presente (…) [12]; o sea, hay una cierta autonomía, pero a la vez no. Esta idea, de la cual el mundo sacralizado del arte no es posible que se escape, en donde al mismo tiempo tenemos a esa illusio, que nos mueve a jugar un juego, a ser parte de esta creencia, a tener casi una fe ciega en que “(…) la creencia se impone sin discusión como la única estrategia racional (…)[13] dentro del campo del juego, del espacio social.
“Acerca del artista reina un general desconcierto (…) [aunque se sabe que] su existencia es indudable (…) [14]; y “(…) la palabra arte ha significado cosas distintas en época distintas. [15]; desde lo cual la sociología también tiene algo que decir. Esta disciplina nunca ha sido bienvenida en el campo del arte; P.B. entiende esto y dice que es por la existencia de dos prejuicios:
– La sociología solo puede explicar el consumo cultural y no su producción desde la mirada del artista: a lo cual responde que es muy simple que ocurran situaciones como esta, ya que el campo del arte, es tan cerrado, tan pequeño, tan dominador y dominado a la vez, que el sociólogo en su oficio y en su afán de querer entender la obra en sí, de verdad no podría, porque los artistas, en su afán de mantener y legitimar el carácter sacralizado y sagrado de ellos mismos, complejizarán mas, y mas, y mas, aun su campo; incluso pudiendo llegar a niveles impensados, que solo alguien con la formación y el saber del “artista académico” pudiera tener, para que luego, este a su vez, continúe este círculo vicioso del campo del arte.
– Segundo que una disciplina como la sociología solo utilizaría estadística, y que para este “gran mundo del arte” es un crimen, ya que estaría siendo reduccionista, con algo que supuestamente no se puede llevar a la estadística: Respondiéndoles Bourdieu que el “efecto espejo” del que tanto hablo Adorno [16], de un arte que reflejaba tal cual la realidad; no es así. El arte posee reglas, posee regularidades, posee habitus, posee campo, posee agentes establecidos dentro de cierto habitus de clase y cierto campo de poder. El arte además posee esa autonomía relativa que ya mencionamos, entonces, luego de todo eso, sabemos que este se constituye en un campo específico, y por tanto es posible su operacionalización; lo que significa, su utilización en la estadística. Incluso Bourdieu, será uno de los primeros (si es que no fue el primero) en llevar a cabo una encuesta a agentes inmersos dentro del campo del arte: artistas, escultores, curadores, críticos, productores de arte, espectadores constantes, directores de galerías de arte y/o de museos, entre muchos otros más; publicado posteriormente en el libro “El amor al arte”, con titulo irónico; ya que luego de todo concluye que la mediación entre productor producción esta mediada por el habitus del artista, por la práctica cultural regular expresa. Esta mediación seria un espacio de poder, una lucha de poder que se expresaría por ejemplo en que obras son expuestas y que obras no en un museo, en cuando un artista reúne los suficientes requerimientos para entrar al sub campo de los dominantes del arte.
En otras palabras, en este “(…) espacio social, los agentes están distribuidos según el volumen global del capital que poseen bajo sus diferentes especies y en la segunda dimensión según la estructura de su capital, económico y cultural, en el volumen total de su capital [17]; es una constante lucha de capitales, pero el que más importa aquí, es: el capital simbólico. En otras palabras más llevadas a la realidad, podría decirse que son; “(…) los motivos no económicos de los coleccionistas particulares, el deseo de que las obras reunidas pasen a la posteridad como su colección [la cual si] es una idea bastante recurrente [18]; según P. Bourdieu esta lucha por quien posee mayor capital simbólico, es un factor de la diferenciación del espacio de mediación, es así como la recepción de toda obra estará sujeta al dominio de códigos del receptor. Es por esto, que”una de las apuestas mayores de las luchas que se desarrollan en el campo literario o artístico es la definición de los límites del campo, es decir la participación legitima en las luchas.[19], es quien puede participar, quien se merece participar y a quienes dejamos participar, de este campo que es de los artistas de la academia.
Una ejemplificación muy clara sería, retomando lo mencionado en un principio del escrito, que la formación que se ofrece a los estudiantes de licenciatura, es entre muchas cosas: “(…) la constitución del campo es inseparable del surgimiento de la creencia en el valor del arte y en el poder creador de valor que se le atribuye al artista.; es también que “la autonomía del artista tiene su fundamento no en el milagro de su genio creador, sino en el producto social de la historia social de un campo relativamente autónomo, métodos, técnicas, lenguajes, etc.[21]; en donde sobrevive él con mayor capital simbólico, el prestigio, o el mayor capital cultural y económico. Sobre este asunto, Bourdieu, dirá que existe cierta jerarquización (y forma de llegar a esta) a través de dos momentos, actuando con el principio de posicionamiento en el campo artístico [22] o llamado en otras ocasiones como el principio de cambio de la producción cultural:
– Principio heterónomo: Quienes son capaces de dominar el campo económico y político. Es el arte burgués, alejado y distanciado del mundo artístico; dentro de una lógica de mercado y venta de sus obras.
– Principio de autonomía: Quienes son capaces de dominar el campo simbólico, pero se mantienen en constante lucha con los demás agentes; no buscan el capital económico o el político, es el nivel de máxima “autonomía” (entendiendo obviamente que siempre de una lógica de autonomía relativa). Este posee dos sub campos:
1.Producción restringida: Es el artista clásico, más sufrido y abandonado y con menos capital cultural, que logra ser sacralizado luego de su muerte generalmente; como es en el caso de Vincent Van Gogh. Pero es el que gana en mayor capital simbólico; reconocido así por sus propios compañeros y productores, del mismo campo artístico.
2.La gran producción: Son los simbólicamente excluidos y exonerados del espacio que ocupan sus compañeros, por el hecho de que si han tenido el reconocimiento del gran público, y no han tenido ese sufrimiento ya mencionado, en la producción restringida, que tanto valoran sus colegas.
Entonces lo que realmente es un artista de la academia es:
“el <> de la producción artística y de su producto no es el artista, sino el conjunto de agentes que tienen que ver con el arte, que están interesados por el arte, que tienen interés en el arte y en la existencia del arte, que viven del arte y para el arte, productores de obras consideradas artísticas (…) críticos, coleccionistas, intermediarios, conservadores, historiadores del arte, etc. [23]. Es así como “(…) un artista existe como tal a partir de su capacidad para lograr que se le reconozca como ocupante de una posición en el campo, en relación con la cual tendrán que situarse los demás. [24]
La consagración de este “verdadero artista de academia”, es la suma equilibrada, perfecta, de los dos sub campos del principio de autonomía; es decir, del reconocimiento del artista desde sus pares, y el mismo reconocimiento, pero desde el público.
Dentro de una institución formadora de los “correctos artistas”, “(…) las alianzas fundadas sobre la homología de posición son siempre mas inciertas, más frágiles, que las solidaridades fundadas sobre la identidad de posición, y, por tanto, de condición y de habitus [25]. Las segundas, serían las enseñadas en esta academia, a ser y a vivir para el resto de la vida con cierto habitus incorporado en nosotros, que aunque queramos estará allí, es ese “sentido del juego, es el juego social incorporado, vuelto naturaleza. Nada es más libre ni más restringido a la vez que la noción del buen jugador. [26] .Es gracias a la existencia de él “Microcosmos organizado según las mismas oposiciones que ordenan el universo, (…) mantiene una relación de homología con el resto del universo (…) [27], conocido como la universidad.
Este artista académico egresara de la universidad, y deberá hacer “arte”, ahora ya no es una expresión, es una acción que debe hacer, porque es parte ya de él mismo, ya está incorporado a su cuerpo, y aunque no lo quiera, tendrá que aceptarlo como tal. Es así, como “nuestra percepción del mundo social, está guiada por taxonomías practicas (…) [28]. Bourdieu, nos recuerda, que el artista académico será: Lo que “Entre el aprendizaje por familiarización, en el que el aprendiz adquiere insensible e inconscientemente los principios del “arte” y del arte de vivir (…) y la transmisión explicita y expresa por prescripción o preceptos, toda sociedad que prevé ejercicios estructurales que tienden a transmitir tal o cual forma de de maestría práctica. [29]. Es así, como el estudiante que entra a estudiar Licenciatura en Arte (o tal vez con otro nombre), pensando que luego podrá tener las herramientas para salir a crear; en realidad, solo saldrá de la universidad, ya ingresado en cierto habitus, en cierto campo, en ciertas reglas, en cierta illusio, en ciertas “reglas del arte [30]; que debería legitimar, seguir y vivir, si es que quiere sobrevivir a este campo artístico. Se cree en un pintor, en un escultor, en un escritor, (entre otros) que es sumamente sagrado, y con un gran don para entregar a la sociedad; pero realmente es solo un “creador increado creado socialmente”, dentro del campo del “artista”.
Entonces… … … … … … … … … … ¿ARTISTA?
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NOTAS
[1] Directora Revista Contenido. Arte y Cultura. (www.revistacontenido.com). Estudiante de cuarto año de Sociología, en la Universidad Alberto Hurtado. Nacionalidad: Chilena. E-mail: franortizruiz@gmail.com.
[2] V.VAN GOGH; “Cartas a Theo”; página 148; traducción de Francisco de Oraá; Editorial norma (colección cara y cruz), 2007, Bogotá, Colombia.
[3] Extraído desde el programa de la Pontificia Universidad Católica de Chile, específicamente de: http://www.uc.cl/artes/html/html_arte/frset_arte2.html
[4] Ídem
[5] Bourdieu, Pierre “El amor al arte” Ed. Paídos Estética 33, 2004.
[6] Heinich, Nathalie “La sociología del arte”;Ed. Nueva visión, Buenos Aires,2001, Pág. 80
[7] Ídem
[8] Bourdieu, Pierre “El sentido práctico”, Cap.: “estructura, habitus y prácticas”; Ed. Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 2007; Pág. 88. (en adelante SP).
[9] Ibídem; pág. 89
[10] Ibídem; pág. 88
[11] Ibídem; Pág. 92
[12] SP; Cap.: “la lógica de la práctica”; pág. 146.
[13] SP; Cap.: “La antropología imaginaria del subjetivismo”; pág. 84.
[14] De Azúa, Feliz “Diccionario de las artes”; Tercera edición, Ed. Planeta, Barcelona, España, 1999, Pág. 52
[15] Gombrich, E.H. “La historia del arte”;Ed. Phaidon, New York, 2009, Pág. 602
[16] Idea desarrollada a lo largo del texto: Adorno, T. H; Horkheimer, M. “Dialéctica de la ilustración”; Ed. Trotta, Madrid, 2003.
[17] SP; El espacio social y el espacio simbólico; Pág. 18
[18] Furió, V. “Sociología del arte”; Ed. Cátedra, Madrid, España, 2000; pág. 294
[19] Bourdieu, P. “Cosas dichas”; Cap.: El campo intelectual: un mundo aparte; Ed. Gedisa, Barcelona, 1996.; pág. 146 (en adelante CD).
[20] Rojas, S.; “Imaginar la materia. Ensayos de filosofía y estética”; Ed. Arcis, Santiago, 2003; Pág. 86 (en adelante RS).
[21] Bourdieu, P. “Cuestiones en sociología”; Ed. Istmo, Barcelona, 2002; Pág. 216. (en adelante CU)
[22] Idea extraída de “Las reglas del Arte”; Ed. Anagrama, Barcelona, 1995.
[23] CU.; Pág. 218
[24] RS.; Pág. 83
[25] CD.; pág. 149.
[26] Bourdieu, P.; “Razones prácticas”; Cap.: De la regla a la estrategia; Ed. Anagrama, Barcelona, 2002, Pág. 71
[27] SP.; Anexo: la casa o el mundo dado vuelta; Pág. 428.
[28] R.P.; Cap.: De la regla a la estrategia; Pág. 79
[29] SP.; Cap.: La creencia y el cuerpo; Pág. 121
[30] Bourdieu, Pierre “Las reglas del arte”; Ed. Anagrama, Barcelona, 1995.
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